Hombre llega a vivir a un pueblo de la costa para curar una enfermedad con el aire marino. En sus paseos a la costa conoce a una mujer que está de vacaciones y que se dedica a dibujar artefactos utilizados para la pesca y moluscos. Con el paso del tiempo, este hombre comienza a enamorarse de la mujer y empieza a programar encontrarse con ella casualmente. En el pueblo hay una cárcel de la que suelen fugarse algunos reos cada cierto tiempo.
Un día, la mujer le pide a este hombre que le compre una especie de gancho utilizado por los pescadores para pescar peces grandes en alta mar y, además, una cuerda de doce metros. Esto con la intención de dibujar aquellos artefactos. Nadie en el pueblo quiere venderle la cuerda y el gancho porque creen que va a ayudar a alguien a fugarse de la cárcel. Finalmente no puede comprar los artefactos. A los pocos días se encuentra con un hombre que estaba escondido en un observatorio meteorológico que él frecuentaba. Este hombre escondido le cuenta que se acaba de fugar de la cárcel y le pide que por favor le vaya a avisar a una persona que está esperando por él.
En ese momento el hombre se dio cuenta de que aquella mujer de la que estaba enamorado lo había estado utilizando y que su propósito no era dibujar artefactos, sino encontrar un cómplice que le ayudara a que una persona pudiera fugarse de la cárcel.